Por Ing. Perla Itzel Alcántara Llanas
Si las personas nos cuidamos de la lluvia y el sol... ¿por qué no proteger de esto y otros daños a nuestros hogares y lugares en los que pasamos la mayor parte de nuestro día?
Todo el que se preocupe por el cuidado de su casa, sabe que hay que proteger las construcciones de las radiaciones solares, la lluvia, los ambientes de pH agresivos, los microorganismos, el viento -que puede tener efectos abrasivos- e incluso la edad de los materiales, que se degradan con el paso del tiempo.
Los selladores e impermeabilizantes no ofrecen soluciones a deterioro, los cuales pueden ser utilizados en concretos, cementos, hormigones, yeso, granito y hasta estructuras metálicas, para prevenir la corrosión.
Existe en el mercado, una gran variedad de materiales que nos ayudan a satisfacer las necesidades de protección de las construcciones, tal es el caso de los productos base poliuretano, que debido a su resistencia y flexibilidad, no tienden a fracturarse por la compresión o dilatación de las estructuras, por lo que no requieren de grandes reparaciones, lo que los convierte en una excelente opción en cuanto a los costos de mantenimiento.
Otro tipo de impermeabilizantes, son los que están formulados a partir de emulsiones acrílicas (como la AF600 de AP), que por sus propiedades, son de fácil aplicación y secado rápido; además prometen ser una opción cómoda para el cuidado de edificios en tiempos de lluvia.
Debido a que este tipo de producto cuenta con gran flexibilidad, tiene más durabilidad al adaptarse a las deformaciones de las edificaciones e incluso representa una elección ecológica por su bajo contenido de contaminantes y volátiles orgánicos.
La utilización de compuestos de silicio es también importante, ya que confiere a la protección de propiedades de hidrofobicidad, resistencia a los rayos UV y al calor; de igual manera, las partículas presentan una gran capacidad de penetración en las estructuras porosas, otorgándoles mayor fuerza y resistencia química.
Los impermeabilizantes cementosos tienen aplicaciones más específicas, como en la protección de cisternas o construcciones que estén en constante contacto con el agua, ya que evitan la generación de salitre.
Cabe señalar que los impermeabilizantes fabricados a partir de llantas recicladas, son una opción amigable con el medio ambiente y entre sus beneficios están el que ofrecen gran elasticidad por la materia prima con la que se generan, resiste choques térmicos o cambios bruscos de temperatura, es inerte químicamente a los ambientes salinos y es una material robusto en cuanto a su durabilidad, con el plus de que ayuda a contrarrestar la contaminación.
Una vez más se tienen diferentes opciones para cada necesidad o aplicación específica, el punto clave de la elección se encuentra en saber cuáles son los requerimientos y las condiciones del lugar en el que se aplicará el producto.
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