Por: Perla Itzel Alcántara Llanas
En la actualidad, los materiales han ido ganando terreno en muchos campos, como es el de la construcción, en el que los laminados poliméricos reforzados con fibras de vidrio (laminados PRFV) son utilizados en varias aplicaciones como las plantas de proceso, tanques de almacenaje, depósitos de reacción, tuberías, bombas y en techos que permiten el paso de la luz.
La resistencia química de este tipo de materiales, depende sobre todo del tipo de polímero que forma la matriz, el acabado de la superficie, el grado de curado y de un agente adicional, el gel-coat que protege la superficie expuesta a la atmósfera contra los efectos adversos del agua y el ambiente.
El grado de curado es un factor muy importante que le proporcionará a las resinas buena resistencia a los ataques alcalinos y ácidos, cuando el material se encuentra sometido a condiciones ambientales normales.
Para probar químicamente los laminados PRFV, son expuestos al ambiente (ya sea en condiciones normales o en presencia de sustancias que comprometan las propiedades del material, como ácidos o bases fuertes) por periodos prolongados de tiempo, estos ensayos cumplen con los requerimientos tiempos y condiciones establecidos en los estándares ASTM. La respuesta que se obtiene del material, son las variaciones en sus propiedades mecánicas, así como la aparición de defectos que se pueden apreciar de manera visual, como las ampollas o de laminaciones.
Los principales factores que se deben tomar en cuenta, y que pueden alterar o modificar de manera significativa las propiedades del material y la resistencia química y mecánica del mismo son:
• Tipo de resina
• Tipo de fibra o refuerzo
• Espesor del gel-coat
• Sistema catalizador y programa de curado
• Relación fibra/matriz
• Aditivos (rellenos, ceras retardantes a la flama)
• Tipos de exposición
• Espesor del laminado
Dentro de los grupos de resinas más utilizadas en la fabricación de laminados PRFV, se encuentran las ortoftálicas que muestran baja resistencia química, las isoftálicas y terftálicas que presentan resistencia media a los ataque químicos, mientras que las resinas de bisfenol, ácido caliente, viniléster, furánicas y epoxis tienen alta resistencia a este tipo de ataques.
También es de suma importancia conocer que el gel-coat es el recubrimiento más importante de un laminado, ya que es la parte que interactúa con la atmósfera, por lo que se debe cuidar su formulación y su aplicación, en la que se debe conseguir un espesor uniforme de entre 0.4 y 0.5 mm. Si esta capa de gel-coat es más pequeña, puede obtenerse un curado incompleto y el refuerzo puede quedar expuesto a la intemperie. Si se tiene el caso contrario, la capa puede agrietarse o romperse, provocando disminución en propiedades. En caso de que dicha capa tenga variaciones en el espesor, se tendrían diferentes grados de curado, por lo que la viscosidad del gel-coat.