Por: Perla Itzel Alcántara Llanas
Al hablar de recubrimientos para exteriores se deben tomar en cuenta ciertas funciones que deben cumplir, como la protección del sustrato teniendo en consideración del tipo de soporte al cual serán aplicados. Por lo general son utilizados en la protección de cementos, morteros u hormigones, por lo que deben ser resistentes a los álcalis, ya que estos sustratos tienen una alta tendencia hacia la alcalinidad.
En este tipo de recubrimientos es común el uso se emulsiones de acetato de vinilo/vinil versatato (veoVa), o emulsiones acrílico-estirénicas ya que las dos son altamente resistentes a ambientes alcalinos. Para la pigmentación se tiene en su mayoría dióxido de titanio y carbonato cálcico, además de la incorporación de algún tipo de extender como el caolín.
Los poliacrílicos son comúnmente utilizados como dispersantes, como lo es el poliacrilato sódico ó poliacrilato amónico (en caso de ser un recubrimiento reflectante), para ser utilizado, por ejemplo, en recubrimientos para techos y hacer eficiente el consumo energético debido a que actúan como aislantes térmicos y disipadores de energía. El funcionamiento de las pinturas reflectantes se basa principalmente en el uso de colores claros y/o brillantes, ya que estos son los que tienen mayor capacidad de reflejar y dispersar. Cuando el recubrimiento que se usa tiene una pigmentación clara o no brillante se puede recurrir a la adición de micro esferas de vidrio u otros cerámicos dispersas en pinturas base acrílico, que serán las encargadas de reflectar y dispersar la luz, así como la energía térmica.
Los ésteres de celulosa y de poliuretano son los más utilizados como espesantes en los recubrimientos para exteriores. Los primeros ayudan a proveer de la consistencia necesaria a la pintura, mientras que los espumantes de poliuretano aportan un carácter newtoniano a la reología del sistema, de manera que se puedan aplicar capas de cierto espesor pero sin que se tengan tendencias al descuelgue. Es decir, se conservará el comportamiento tixotrópico del recubrimiento a fin de que no se escurra tan fácilmente durante la aplicación, pero la viscosidad no se eleve en exceso.
También es necesaria la adición de un antiespumante a fin de evitar la formación de espuma durante el proceso y la aplicación. De igual manera se utilizan biocidas (bactericidas y fungicidas) con el objeto de prevenir la formación de contaminación desde el envase; una isotiazolona puede ser utilizada como bactericida. En caso de los impermeabilizantes o recubrimientos aplicados en zonas húmedas y/o poco soleadas se utilizan fungicidas como el acetato de fenil mercurio.
Por último, la cantidad del coalescente añadido se calcula en función de la cantidad de resina que contenga la pintura es común el uso de texanol, pero se evitan los ésteres de glicol, debido a que tienen una baja resistencia a la hidrólisis.
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