Por: Perla Itzel Alcántara Llanas
En décadas pasadas, era muy común el uso de pinturas o recubrimientos de bajo contenido de sólidos y alto contenido de solventes, sin embargo, en la actualidad la tendencia es disminuir las cantidades de VOC emitidas al ambiente, por lo que ahora es preferible el uso de resinas alquidálicas de alto contenido de sólidos y emulsionables en agua, lo que da como resultado un bajo contenido de VOC. Tanto las pinturas con alto contenido de solventes como las waterborne, tienen un proceso similar de secado; en las primeras el secado se da principalmente por la evaporación del solvente, mientras que en las segundas se genera un proceso de auto-oxidación, el cual se refiere a la absorción y transmisión de oxígeno por medio de agentes secantes, que debido a su función también suelen ser llamados catalizadores.
La función primordial de los agentes secantes es la de acelerar el proceso de secado de una pintura al aceite, alquidálica waterborne o en medio solvente, para promover la formación de una película sólida en un tiempo razonable para los procesos, ya que sin la adición de secantes, el tiempo de secado de una pintura podría alcanzar rangos de semanas o meses. Los agentes secantes son compuestos organometálicos con estructura similar a la de los jabones, y pueden tener ciertas combinaciones de metales, dependiendo de cuáles sean aquellos que confieran grados de oxidación mayor.
Los agentes secantes se pueden clasificar en dos grandes divisiones: activos y auxiliares. Los secantes activos cumplen su función absorbiendo y transfiriendo oxígeno a temperatura ambiente mediante reacciones redox, mientras que los secantes auxiliares ayudan a mejorar la eficiencia de los secantes activos durante el proceso de secado de profundidad, por lo que aportan mejores propiedades al acabado final superficial.
La composición de los agentes secantes se basa principalmente en sales metálicas y ácidos sintéticos como el 2 – etil hexanoico, isononanoico y neodecanoico disueltos en ciertos solventes. Dentro de los metales que participan en la formación de estas sales, se encuentran Co, Mn, Pb, Fe, Cu, Ca, Zr, Al y Zn, entre otros. De los metales mencionados, el cobalto genera la reacción más enérgica y el zinc la más débil.
El cobalto es el metal más utilizado en los secantes por su gran actividad oxidativa, sin embargo es necesaria la adición de otros metales para evitar acabados rugosos, y se prefiere añadirse al final del proceso debido a que actúa muy rápidamente.
El manganeso es un agente secante activo, sin embargo, es menos efectivo que el cobalto. No es recomendable usarlo en pinturas blancas ya que afectan el color.
El calcio es usado con muy buenos resultados junto con cobalto y circonio bajo adversas condiciones de clima, bajas temperaturas y alta humedad. Aumentan la estabilidad de pinturas expuestas a prolongados periodos de almacenamiento. Ayudan a mejorar la dureza y a reducir la formación de piel y grietas.
El Circonio es uno de los candidatos para sustituir al plomo y responde bien bajo adversas condiciones del clima, mejora el proceso de secado por su habilidad de formar enlaces coordinados con los grupos hidroxilos y carboxílicos presentes en las resinas o formados durante el proceso de secado. El Circonio forma complejos con el cobalto, lo cual influencia en el efecto catalítico del secante primario. Tiene baja tendencia al amarillamiento y mejor durabilidad respecto a otros secantes auxiliares.
Un buen secante dependerá de las combinaciones de las sales metálicas que se utilicen, la compatibilidad de estas con la resina y además debe poseer una fuerza secante (oxidativa) suficiente, no espesar o cuajar los colores metálicos y no formar sedimento alguno.
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