Por: Marcela Correa
Las
masillas son productos de elevada concentración de materia sólida; su
consistencia es de alta viscosidad, poca fluidez, y su reología debe ser
dilatante. Son productos que se utilizan para tapar o disimular defectos
importantes en el soporte como concavidades, cráteres, fisuras,
abolladuras, etc. Y así dotar a la superficie de una correcta y perfecta
planitud, una vez aplicados deben tener la mínima contracción
posible con la finalidad de arreglar los defectos con una sola aplicación.
Los
componentes principales de las masillas son:
- Resinas: Existen masillas de dos componentes, que para lograr su endurecimiento requieren de un catalizador como lo son las masillas con resinas de poliéster y epóxicas o las masillas de secado físico como las acrílicas o las nitro celulósicas.
- Cargas: Son generalmente partículas de relleno como lo son talco, yeso, Creta y microesfera. Existen masillas especiales como lo son las de aluminio, estaño o fibra de vidrio; las cargas son específicas para estos materiales, láminas de aluminio, estaño o fibras de vidrio respectivamente.
- Agentes reológicos y aditivos: Elementos que facilitan la mezcla y la aplicación de la masilla sobre la superficie. Deberá verificarse la resistencia al descuelgue de la masilla, esto se debe de lograr con las cargas o algún aditivo que le proporcione reología, o en su defecto con la relación P/R.
- Pigmento: Componente que sirve para colorear las distintas masillas.
- Características finales que deben de poseer las masillas:
- Adherencia: Deben de tener una excelente adherencia dependiendo de la superficie para la que está diseñada como metales, plásticos, capas de pintura y superficies sobre las cuales se pretende enmasillas, por ello es necesario seleccionar una masilla que sea compatible.
- Poder de relleno: Deben de poseer un elevado poder de relleno, es por ello que el volumen de la masilla antes y después del curado o secado debe de ser de la misma magnitud.
- Elasticidad: Ha de ser capaz de soportar las vibraciones o cargas dinámicas sobre el soporte, así como cambios bruscos de temperatura, evitando que se agriete o despegue la masilla y de esta la pintura posterior a esta.
- Fácil lijado: Posterior a su aplicación, la masilla debe de ser lijada para lograr un acabado completamente uniforme y plano al sustrato; las epóxicas por ejemplo son difíciles de lijar, mientras que las acrílicas son de gran facilidad.
- Baja porosidad: Una vez seca no ha de producir exceso de poros.
- Resistencia: Debe de poseer resistencia tanto química como mecánica ante agentes externos como golpes, desengrasantes o agentes de limpieza.
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