Por: Perla Itzel Alcántara Llanas
Las pinturas reflectantes son las que como su nombre lo dice, reflejan o reflectan la luz ya sea natural o artificial y además pueden tener la propiedad de disipar el calor producido por la radiación. Aquellas pinturas que se encargan de reflejar la luz artificial suelen ser utilizadas en carreteras y señalización de tráfico, así como en equipos de seguridad. Por otra parte, las pinturas que reflejan la radiación solar y disipan el calor se utilizan en edificios y viviendas con el fin de mantener a temperatura estable y relativamente baja en las mismas, y así mantener un ambiente fresco, de manera que se reduzca el consumo de energía por la utilización de aire acondicionado, además de aumentar la durabilidad de los materiales de construcción al evitar su envejecimiento o degradación debida a la radiación solar, además de impedir los daños causados por las contracciones y expansiones térmicas, que son consecuencia, principalmente de la radiación infrarroja, que es la encargada de producir energía calorífica en un 50 por ciento.
El funcionamiento de las pinturas reflectantes se basa principalmente en el uso de colores claros y/o brillantes, ya que estos son los que tienen mayor capacidad de reflejar. Los recubrimientos blancos comunes, por ejemplo, exhiben una reflectancia del 75 por ciento o superior, es decir, absorbe el 25 por ciento de la energía incidente y reflejará el 75 restante. En cambio, un recubrimiento a base de negro de carbono tiene un índice de reflectancia del 4 por ciento en promedio. Este fundamento de las pinturas reflectantes puede llegar a ser insuficiente, más aun en la actualidad, ya que las tendencias muestran la preferencia por colores medios y oscuros en edificaciones. Una solución para la reflectancia en pinturas de colores no brillante o claros, es la utilización de microesferas de vidrio u otros cerámicos dispersas en pinturas base acrílico, que serán las encargadas de reflectar y dispersar la luz así como la energía térmica.
La eficiencia de los pigmentos en cuanto a la dispersión de la energía, está en función de la relación entre el diámetro de las partículas o microesferas y la longitud de onda de la radicación incidente.
Otro aditivo que funciona como reflejante de la radiación térmica es el aluminio en forma de partículas finas dispersadas en un aglutinante polimérico.
Dichos aditivos no modifican las características químicas de la pintura, sin embargo, si pueden aclarar ligeramente los colores obscuros, o abrillantar las pinturas de tonalidades blancas, así como elevar sutilmente la viscosidad y aumentar el tiempo de secado, ya que retardan el etrecruzamiento polimérico.
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