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lunes, 4 de mayo de 2015

RECUBRIMIENTOS ARQUITECTÓNICOS

Por: Perla Itzel Alcántara Llanas


Las construcciones están formadas a base de una gran mezcla de componentes, desde estructuras metálicas hasta materiales cerámicos que ofrecen solidez y resistencia a los esfuerzos de compresión. Todos estos constituyentes finalmente son recubiertos por materiales que les proporcionarán protección a la intemperie, corrosión y al medio ambiente, así como un acabado superficial específico que le dará un efecto decorativo. Dichos materiales son llamados recubrimientos arquitectónicos o revestimientos.




Algunas de las características más importantes de los recubrimientos arquitectónicos son la baja captación y retención de polvo, alta retención de color, resistencia a diversos factores ambientales como los rayos ultravioleta, agentes atmosféricos, concentraciones salinas, agua y agentes alcalinos. Además, generalmente cuentan con una elevada permeabilidad al vapor de agua, para evitar concentraciones de humedad en muros; evitan la absorción de humedad hacia las paredes, impiden las filtraciones de CO2 para eliminar las posibilidades de carbonatación del cemento, tienen buena adhesión al sustrato, resisten la formación de mohos, algas y hongos, y tienen la capacidad de unir grietas (crack bridging).

Los recubrimientos arquitectónicos pueden encontrarse con otros nombres, tales como pintura lisa, rugosa, revestimientos, revoque de capa gruesa, dependiendo de las características como textura, espesor de capa y la forma de aplicación.

Los revestimientos arquitectónicos pueden ser de origen inorgánico u orgánico; dentro de estos últimos podemos encontrar pinturas vinílicas, acrílicas, al aceite, alquídicas, poliéster, caucho clorado, epoxi o poliuretano. Para la formulación de los recubrimientos texturizados se emplean arenas de cuarzo o fibras de celulosa de alrededor de 50 μm (aunque según la norma europea EN-1062 – 1, se tienen cuatro niveles de recubrimientos texturizados, según el tamaño de partícula), para obtener acabados rugosos, los que permiten su aplicación aún en espesores bajos, además de obtener una superficie de color y textura homogénea.

Para tener una óptima adherencia, como en la aplicación de cualquier recubrimiento, es necesario una limpieza previa del sustrato, y además es conveniente la aplicación de una pintura látex. Cuando la imprimación se encuentre seca, se aplica el revestimiento con brochas o rodillos.

Además de los recubrimientos texturizados, dentro de los recubrimientos arquitectónicos se pueden encontrar las masillas, morteros, selladores y fijadores.

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